Cultura de seguridad de la información: fortaleciendo el eslabón humano
La seguridad en el entorno laboral va más allá de simples procedimientos y dispositivos tecnológicos; se trata de una mentalidad, una cultura arraigada en los valores y acciones diarias de todos los miembros de la entidad. Es crucial comprender que, en esta cadena de seguridad, el eslabón vital es el usuario.
¿Qué es la cultura de seguridad?
La cultura de seguridad engloba las actitudes y valores de las personas y la organización respecto a la seguridad de la información. El cual se traduce en comportamientos y prácticas cotidianas que garantizan la protección de la información y los activos de la empresa.
El usuario – eslabón clave: a menudo se subestima el papel del usuario en la seguridad de la información. Sin embargo, la realidad nos demuestra que un simple error humano puede comprometer toda la infraestructura de seguridad tecnológica. Por eso, la formación y concienciación de los funcionarios y contratistas en materia de seguridad son pilares básicos para mitigar riesgos.
Es esencial reconocer que la tecnología, por muy avanzada que sea, nunca será suficiente si los usuarios no están debidamente preparados. Es necesario superar la percepción negativa que algunas personas tienen sobre los protocolos de seguridad, quienes los ven como obstáculos en lugar de salvaguardas. Transformar esta mentalidad implica promover una comprensión más profunda de la importancia de la seguridad y cómo cada individuo contribuye a mantenerla.
La cultura de seguridad de la información es el fundamento sobre el cual se construye la protección de los activos y la confianza en el entorno laboral. Al fomentar una cultura de seguridad, no solo estamos fortaleciendo nuestras defensas contra las amenazas cibernéticas, sino que también estamos cultivando una mentalidad de responsabilidad y cuidado entre todos los miembros de la organización. Esto no solo protege los datos y la reputación de la empresa, también contribuye a un ambiente laboral más seguro y productivo.
Desde la Gerencia de las TIC te damos algunas formas concretas para contribuir:
1. Mantenerse al tanto de las últimas amenazas y mejores prácticas nos ayuda a tomar decisiones más seguras en nuestro trabajo diario.
2. Respetar y cumplir con todas las políticas y procedimientos de seguridad establecidos en la Política de Seguridad y Privacidad de la Información incluye prácticas como el uso seguro de contraseñas, la protección de información confidencial y el reporte de incidentes de seguridad.
3. Mantenernos alertas ante posibles amenazas de seguridad, como correos electrónicos sospechosos o comportamientos inusuales en los sistemas informáticos. Reportar cualquier actividad sospechosa de inmediato a los responsables de seguridad designados.
4. Mantener actualizados nuestros dispositivos y software con las últimas actualizaciones de seguridad. Utilizar herramientas de seguridad, como antivirus.
5. Fomentar la comunicación abierta, la colaboración en temas de seguridad y animar a otros a tomar medidas proactivas para proteger la información de la organización.
6. Reconocer que todos tenemos un papel en la seguridad de la información de la entidad y asumir la responsabilidad personal de proteger los activos y datos confidenciales.
Al aplicar estas prácticas en nuestro trabajo diario, no solo contribuimos a fortalecer la seguridad de la entidad, también promovemos una cultura de responsabilidad y cuidado que beneficia a todos los empleados y clientes.