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Mitos sobre la alimentación para bajar de peso

El mundo del internet está lleno de información sobre tácticas y estrategias para bajar de peso, mantener el cuerpo saludable y realizar actividad física. La mayoría de estas buscan alcanzar resultados rápidos y fáciles, pero muchas terminan siendo mitos que pueden tener efectos negativos en nuestra salud.

Por eso, aquí te presentamos algunos ejemplos de esos mitos y sus realidades:

  1. Mito: beber mucha agua hace adelgazar. Realidad: es falso. El agua no tiene calorías, pero eso no significa que beberla haga adelgazar. Lo que puede ayudar a adelgazar es que, si bebemos bastante agua, nos sintamos más llenos y, por lo tanto, comamos menos. Sin embargo, este efecto es casi insignificante. En ningún caso el agua por sí sola hace perder peso.
  2. Mito: los productos ‘light’ adelgazan. Realidad: es falso. Los productos ‘light’ tienen menos azúcar o grasa, lo que puede hacer que nos engordemos menos, pero eso no significa que adelgacemos. De hecho, pueden despertar el apetito y hacer que comamos más de lo normal, lo cual puede contrarrestar cualquier reducción de calorías.
  3. Mito: para adelgazar, hay que pasar hambre. Realidad: es falso. Las dietas que sugieren pasar hambre no son efectivas ni saludables. El hambre es una señal de nuestro cuerpo de que necesita energía. Las dietas deben centrarse en proporcionar alimentos nutritivos y saludables en cantidades adecuadas, no en privar al cuerpo de lo que necesita.
  4. Mito: Las dietas hiperproteicas (solo proteínas) ayudan a adelgazar. Realidad: Las dietas muy altas en proteínas y bajas en carbohidratos pueden ayudar a perder peso rápidamente, pero a costa de la pérdida de agua y masa muscular. Estas dietas no son saludables a largo plazo, ya que obligan al cuerpo a obtener energía de las proteínas, lo cual no es su función principal.

La mejor opción para bajar de peso es seguir una alimentación adecuada, balanceada y saludable, adaptada a nuestras necesidades individuales, junto con la práctica de actividad física diaria. Por eso, siempre recomendamos consultar con un médico o nutricionista de confianza.