Potenciamos nuestro rendimiento a través del autocontrol
El autocontrol es una habilidad que se desarrolla con el tiempo. Incluye el control de los impulsos, las emociones y la actividad física; de esta manera el autocontrol nos genera capacidades para poder verificar nuestras propias acciones, actividades, tareas y decisiones, así como también nos ayuda a examinar nuestro proceso a cargo y, de ser necesario, a implementar los correctivos sobre cualquier desviación detectada.
En el sector público el autocontrol se debe al esfuerzo permanente por hacer más efectivo el control interno organizacional, pues entendemos que el control tradicional se ha caracterizado por la ejecución de actividades posteriores a la ocurrencia de los hechos o actuaciones públicas, donde el daño ya puede ser considerable, y muy seguramente ya no hay nada que hacer, por lo cual se ha buscado aplicar un control preventivo y esto a través de la implementación de un modelo donde sea cada servidor público quien se realice a sí mismo el proceso de control, de una manera voluntaria y personal.
En este orden de ideas la implementación adecuada del autocontrol se convierte en un instrumento o herramienta imprescindible para que los objetivos y metas institucionales se logren.