Barranquilla mantiene la máxima calificación AAA y BBB con perspectiva estable, según Fitch Ratings.
Calificaciones que respaldan el buen momento que vive la ciudad y las enormes oportunidades que brinda la capital de vida
La firma Fitch Ratings Colombia mantuvo los grados de calificación nacional (AAA) e internacional (BBB) al Distrito Especial, Industrial y Portuario de Barranquilla constatando las sanas finanzas por las que atraviesa la ciudad, lo que le ha permitido contar con la confianza del sector financiero nacional que cada vez le apuesta más al desarrollo de la ciudad y acompaña los ambiciosos planes de inversión de la actual administración.
Esta es una gran noticia, ya que respalda el buen momento que vive la ciudad y las enormes oportunidades que brinda la capital de vida, para inversionistas nacionales y extranjeros.
Según la agencia calificadora los factores claves para mantener estas calificaciones de riesgo de largo plazo son su comportamiento en el contexto nacional e internacional, el desempeño fiscal, el crecimiento en el recaudo de impuestos, la buena generación de ingresos, la asignación eficiente del gasto, la inversión pública y privada, los indicadores de desempeño financiero y la deuda convirtiéndose así en el reflejo del saneamiento financiero y fiscal del Distrito.
Este ejercicio de calificación implicó un análisis por parte de Fitch Ratings Colombia, los cuales expresaron que Barranquilla continúa con una generación de ingresos tributarios favorables, los que han mantenido un nivel superior en el cierre de 2017 con un crecimiento de 11% comparado con el observado en 2016.
La administración distrital continúa aplicando estrategias para fortalecer el recaudo, apoyado por el buen dinamismo económico en el Distrito y la autonomía catastral que le permite tener un mayor control sobre la base catastral. Esto último permite mantener una estabilidad en la generación de balances, continuar con los proyectos de inversión de capital y servir deuda. A diciembre 2017, el balance corriente ajustado calculado por la agencia, representó 37,5% de los ingresos corrientes ajustados por Fitch. Este indicador es comparado con sus pares en escala local y su posición relativa es favorable, expresa la agencia calificadora.
Esta confianza le permitió al Distrito incrementar el presupuesto de ingresos de $660.503 millones en el 2007 a $2.843.800 millones en el 2017, recursos que se han focalizado hacia la inversión en infraestructura y dotación social. Esta calificación ha evidenciado la gran capacidad institucional que ha desarrollado el Distrito para administrar grandes cantidades de recursos y trasladarlas a la comunidad en bienes y servicios que coadyuvan a mejorar la calidad de vida de la comunidad Barranquillera.
Esta calificación AAA de largo plazo y F1+ a corto plazo nos indica que el Distrito de Barranquilla en sus emisiones y acreencias financieras tiene grado de inversión de máxima seguridad y solvencia. En el lenguaje coloquial significa fortaleza de las finanzas del DEIP de Barranquilla, capacidad de generar recursos propios, capacidad para asignar de forma eficiente el gasto, capacidad para ejecutar pagos oportunos de las obligaciones contractuales y las condiciones exigidas por la Ley para captar en el mercado financiero recursos a bajos costos.
Barranquilla presenta los menores indicadores económicos en cuanto a pobreza y los índices menos inequitativos de distribución del ingreso según el coeficiente de Gini, muestra notables resultados en el fortalecimiento de su sistema educativo y de salud, está a la vanguardia en modernidad, seguridad institucional, inversión social y en infraestructura.
El Distrito se destaca por sus bajas tasas de desempleo en relación con el contexto nacional, tasas de educación y calidad de vida elevadas. Fitch resalta la importancia del Río Magdalena dentro de la dimensión de la ciudad como atractivo turístico, cultural y económico además de inversiones de infraestructura importantes para el desarrollo del largo plazo de la capital del Atlántico.
Este conjunto de resultados le garantiza a la ciudad la capacidad de atraer recursos para respaldar nuevos programas de inversión y despertar el interés de inversionistas nacionales e internacionales para traer sus flujos de inversión a una región que les ofrece mayor volumen y calidad en la infraestructura, servicios públicos y un adecuado y seguro clima fiscal y financiero.