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Panorámica de los caños de la ciudad.

Recuperación del caño de La Auyama, impulso medioambiental y urbanístico para el Centro

El plan comprende recuperar 45.565 metros cuadrados de ronda de caño a través de un parque lineal en el que se plantean zonas verdes, canchas recreativas, senderos y ciclorrutas.

 

55 años trabajando a escasos metros del caño de La Auyama le permiten a Orlando Marimón, de 76 años, recordar con total lucidez cuando las canoas y los ‘Johnson’ eran el medio de transporte que se empleaba en este cuerpo de agua para hacer las compras en el mercado de Barranquilla. Recuerda, además, que no solo movía el comercio, sino que era un plan familiar que atraía a barranquilleros de distintos sectores de la ciudad.

“Anteriormente el caño estaba limpio porque el agua que entraba era directa del río Magdalena, había gente que usaba canoas para moverse por el caño, incluso los domingos de hace 40 años la gente usaba hasta ‘Johnson’ para moverse. Esto –el mercado– era una belleza, los parqueaderos estaban llenos por la cantidad de gente que venía a hacer ese plan. Los tiempos cambian y las ciudades cambian, por lo que me gustaría que la gente volviera al mercado como anteriormente lo hacía”, dijo.

Vendiendo frutas y verduras, este barranquillero sacó adelante a cinco hijos para brindarles un futuro próspero. Hoy, por la edad y la disminución en las ventas, no abre su negocio a las 4:00 a.m., como acostumbraba, pero asegura que a pesar de las dificultades sigue soñando con ver la transformación del mercado, que pronto llegará a su sector.

“Sabemos que se va a modernizar porque el desarrollo de la ciudad no lo puede detener nadie. Limpiar los caños y que todo esté bien aseado permitirá que el mercado se vea más moderno, porque esta es la empresa más grande de la ciudad, ya que aquí hay mucha gente que vive de esto”, agregó.

La transformación que anhelan, tanto Orlando como los vendedores, comerciantes y visitantes del sector, es la que proyecta el alcalde Jaime Pumarejo con la recuperación integral de los 3.24 kilómetros del caño de La Auyama de Barranquilla, con la cual se busca mejorar los vasos comunicantes de agua que ingresan a la ciudad, permitiendo tanto su navegabilidad como la conservación y mantenimiento ambiental, para así beneficiar de forma completa a toda su área de influencia.

La limpieza de los caños es un componente medioambiental fundamental para el desarrollo de la ciudad. En ese sentido, uno de los principales objetivos de la recuperación integral es mitigar los riesgos de inundación en los barrios ubicados a lo largo de este cuerpo de agua, aumentar su capacidad hidráulica y proveer espacios públicos para su entorno.

El aprovechamiento de estos cuerpos de agua permitirá también lograr una recuperación urbana del entorno e inclusive fomentar la navegabilidad para transporte y turismo, convirtiéndose en un sistema generador de calidad de vida con beneficios desde diferentes frentes, tanto para la comunidad vecina como para la ciudad.

De acuerdo con el gerente de Puerta de Oro, Ricardo Vives, el proyecto responde a una visión integral hacia los caños de Barranquilla como brazos del río Magdalena, rescatando su importancia en la historia de la ciudad cuando se constituyeron como canales claves para el desarrollo comercial, transporte y dinámica social.

Reactivaremos su funcionalidad a través de una amplia recuperación que evitará convertirlos nuevamente en focos de contaminación, aprovechando al máximo su potencial y abanderándose como una de las acciones claves que harán de Barranquilla la primera biodiverciudad de Colombia, como lo visiona el alcalde Jaime Pumarejo”, resalta Vives sobre el proyecto contemplado en el Plan de Desarrollo Distrital.

También indicó que, dentro de la conservación de los ecosistemas y el desarrollo sostenible de la ciudad se destaca la recuperación integral del caño de la Auyama, ya que aumenta la resiliencia urbana ante riesgos ambientales, habilita la estructura azul a favor del crecimiento y conserva sus servicios ecosistémicos.

Parque lineal ecoturístico

El proyecto es, además, la oportunidad para desarrollar nuevos espacios públicos integrándolos con áreas verdes a través de un parque lineal que consiste en la recuperación de 45.565 metros cuadrados de ronda de caño que permita el esparcimiento de las familias en este entorno natural en el que se plantean zonas verdes, juegos infantiles, canchas recreativas, zonas pasivas, senderos y ciclorrutas.

Se espera que más de 47.000 habitantes se beneficiarán con la recuperación integral, que además de brindar una solución a los riesgos de inundación le ofrecerá a la ciudad calidad de vida generando nuevos puntos de encuentro con la naturaleza y mejorando las condiciones de navegabilidad para turismo y desarrollo económico.

La Nación, por intermedio del Fondo Regional para los Pactos Territoriales, aseguró recientemente unos recursos a través del Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES), en los que destinó $99.999.000.000 para el proyecto de recuperación del caño de la Auyama, respaldo financiero que garantiza su ejecución en el tiempo.

El caño de la Auyama, ubicado en el sector de Barranquillita, el cual abarca parte del Centro y del mercado, volverá a ver su potencial e importancia para Barranquilla, posicionándose como un elemento clave en el desarrollo de la biodiverciudad.

El sueño del nuevo caño

El caño de la Auyama hace parte del proyecto de la Administración distrital de recuperación de los caños de Barranquilla, entre los que se encuentran también los caños Las Compañías, Los Tramposos, el Mercado, caño Arriba, caño Abajo y La Tablaza.

El proyecto lo vislumbra como un nuevo malecón lleno de espacios verdes y seguros para los habitantes, con espacio libre de contaminación, una hora en bicicleta de recorrido por los caños, lanchas a lo largo del recorrido y conexión directa entre el puente Pumarejo y el malecón.

Se propone hacer el caño más profundo, más ancho, y se construirá un dique para evitar que se inunden los barrios cercanos. Los malos olores por contaminación de basuras y desechos serán cosa del pasado, para convertirse en un nuevo espacio ecoturístico de la ciudad y de la Barranquilla proyectada como biodiverciudad.