Sana convivencia escolar, herramienta en la construcción de la paz
Jesús David Rojano y Camila Nieto son estudiantes de quinto grado y ambos son participantes y multiplicadores de la estrategia de Reconstrucción del Tejido social y Sana convivencia desde la Escuela, que lidera el Distrito a través del Fondo de Seguridad y la Secretaría de Educación.
Camila Nieto, estudiante de la IED de Rebolo, señaló: “Con esta estrategia hemos aprendido a que no debemos pelear, que tenemos que mantener el colegio limpio, que hay que cuidarnos los unos a otros. Ya mis compañeros no se ponen sobrenombres y compartimos más”.
El proyecto, que adelanta la Alcaldía de Barranquilla, con el apoyo de fundaciones y la Policía Metropolitana, se denomina “Reconstrucción del tejido social desde la escuela en escenario de posconflicto: comunidades protectoras de la convivencia y seguridad ciudadana”.
El objetivo de este proyecto es contribuir a formar, orientar, asesorar y acompañar a un colectivo de 30 docentes y 18 rectores y directivos docentes de preescolar y básica primaria, 250 padres de familia y miembros de comunidad y más de 500 alumnos de preescolar y primaria de 6 instituciones educativas distritales focalizadas: I.E.D Despertar del Sur, I.E.D. Nuevo Bosque, I.E.D. Rebolo, I.E.D. Mundo Bolivariano, I.E.D. Comunitario Metropolitano y la I.E.D. Carrizal.
Elizabeth Rodríguez, rectora de la IED Mundo Bolivariano, expresó: “Para mí ha sido una experiencia muy grata, porque así los niños se concientizan de que una sana convivencia es importante en una institución educativa. Estos niños están en zonas de alta vulnerabilidad, pero a través de estas actividades y dinámicas ellos aprenden a tener una convivencia adecuada”.
Se conformaron grupos de estudiantes que trabajaron tres comisiones, una de Pacto Verde, otra de Seguridad y Convivencia, y la tercera de Autocuidado, cada comisión guiada por un Centinela de la Convivencia. Gina Ospino es una de ellas y expresa: “Estamos trabajando con los niños que se encuentran en instituciones educativas con población vulnerable de una forma didáctica, recreativa, donde sus ideas son protagonistas”.
Jesús David Rojano, estudiante de la IED de Carrizal, en medio de colores, cartulinas y compañeros, dijo que “hemos aprendido a valorar más a las personas, a nuestros compañeros, maestros y todos. Que es importante el respeto, escuchar y hablar en vez de pelear”.
Las actividades que desarrollan los niños durante los talleres son realización de carteleras, construcción de manuales de convivencia, obras de teatro y dibujos.
La directora ejecutiva de la Asociación Afectos, la médico y psiquiatra Isabel Cuadros Ferré afirmó: “Es importante que se preparen las escuelas para resolver el conflicto de una forma distinta a la violencia. Los niños deben desarrollar una idea de seguridad, pero empieza desde el núcleo familiar, que es muchas veces donde los niños ven violencia y la repiten, pero si generamos acciones que contribuyan a un pensamiento de diálogo y paz, será mejor”.
Los talleres y foros, que también se desarrollan con la participación activa de docentes, rectores y padres de familia, se centran en charlas de resolución de conflictos, prevención del ‘matoneo’, estrategias de sana convivencia, entre otros.
El secretario de Educación, Dagoberto Barraza, indicó que este componente, además de brindar seguridad al interior de las instituciones educativas, contribuye a la formación en valores de los estudiantes: “Estas estrategias nos permiten fortalecer los mecanismos de sana convivencia escolar, que igualmente se traduce en calidad educativa, pues formamos estudiantes con integralidad”.
El director del Fondo de Seguridad, Jorge Ávila Pareja, enfatizó que estas acciones están alineadas con los nuevos desafíos que afrontará el país luego del conflicto: “En el plan maestro de convivencia y seguridad al que le apuesta Colombia somos conscientes de que los conflictos son inherentes a la vida en comunidad, creemos en un ambiente de democracia y dignidad, y que los conflictos se deben resolver por vías no violentas y que ellas son un activo para el cambio social. En este sentido, una estrategia de posconflicto bien concebida y concertada marca la diferencia entre el éxito o el fracaso de los procesos de transición y desarrollo que nos esperan”.