Alba Luz Puentes Pérez
“Al maestro habría que licenciarlo para ser un formador del ser, no un simple medio para transmitir el conocimiento de conceptos y prácticas específicas. Sabemos que esta sociedad es cada día más compleja y cambiante. La escuela en sus primeros años debe priorizar la formación de la persona”.
A lo largo de mis años de trabajo y de vida, he podido comprobar que si quieres que la sociedad mejore -esa es la finalidad de la educación-, debes acompañar a las familias y a tus estudiantes dando lo mejor de ti y haciéndoles ver, sutilmente, que hay buenos motivos y formas para hacer de este un mundo un lugar sano, productivo y compasivo.
En horarios especiales: muy temprano en la mañana, y al final de la tarde, hasta bien entrada la noche, la docente Alba Luz Puentes viene realizando desde hace un año las labores académicas con sus estudiantes.
Es así, de esta manera, como sus alumnos de quinto grado tienen acceso a los celulares de sus padres, cuando estos regresan a casa tras cumplir sus jornadas laborales. Los sábados, domingos y festivos, también se mantienen conectados a internet en la virtualidad que exige la pandemia. Abrimos el “salón wasap” en horarios amplios, de acuerdo con las necesidades.
Docente por vocación, se vinculó a la Alcaldía el 26 de diciembre de 1997 y fue asignada al CEB 215, hoy IED 176 Juan Mina. Sus 24 años de servicio han transcurrido en básica primaria desde los grados primero hasta quinto, y en la Casa de la Cultura. Actualmente tiene a su cargo a 31 estudiantes que cursan 5º grado.
Alba Luz Puentes es licenciada en Educación Básica Primaria y se especializó en Pedagogía de la Ciencia. Al preguntarle que, si la ley lo permitiera, ella haría cambios de fondo en el modelo educativo colombiano dijo que:
lo primero sería implementar escuelas de puertas abiertas a la sociedad, para satisfacer, de la manera más sencilla posible, las verdaderas necesidades educativas de los estudiantes y de sus familias, en procura de aportarle al mejoramiento de su contexto
Seguidamente explica así el sueño de su vida “en el preescolar, los niños ya no tendrían que aprender el color o el triángulo, como necesidad educativa prioritaria. En su lugar se trabajaría con énfasis, competencias ciudadanas (saludo, control de emociones, respeto por el otro, etc.) que tanto necesita la sociedad actual. Todo esto acompañado del amor por la lectura, la ciencia, las bellas artes, el cultivo de la tierra y la cría de animales, como medio de vida”.
“En esta escuela, los indicadores de desempeño, en preescolar y primaria serían más axiológicos que académicos, y estarían definidos a partir del grado de madurez y responsabilidad personal y social que muestre el estudiante; especialmente en sus primeros años, ya que son fundamentales en la formación de la persona. Sé que estos cambios se pueden materializar, porque he vivido la experiencia”, dice Alba Luz Puentes.
Considera que lo anterior se lograría haciendo cambios importantes en la formación del maestro. “Al maestro habría que licenciarlo para ser un formador del ser, no un simple medio para transmitir el conocimiento de conceptos y prácticas específicas. Sabemos que esta sociedad es cada día más compleja y cambiante. La escuela en sus primeros años debe priorizar la formación de la persona”, afirma con convicción, al tiempo que admite que hay numerosos programas del Estado que son hermosos, pero que distan de la realidad cuando se llevan al núcleo escolar y familiar.
De vuelta a lo que tenemos y profundizando en el trabajo que se está haciendo, ella piensa que sería interesante cambiar la metodología de evaluación de los maestros y hacerla en el salón de clase, sin previo aviso, en un ambiente sencillo, flexible y natural. “Es decir, tal como se da en la realidad. Los maestros vemos la evaluación como algo formativo porque se mantienen los aciertos, se observan los errores, se fijan metas y se vuelve a evaluar. Creo que los padres de familia también deben hacer parte de este proceso, pues escuela y familia van de la mano”.
Alba responde:
Aficiones…
Lectura, trabajo, música.
Tu mejor recuerdo…
Tengo muchos mejores recuerdos.
Una cualidad…
Humildad.
El principal rasgo de tu carácter…
Rectitud.
Una palabra para definir tu vida…
Confianza.
La satisfacción más grande…
Los logros de mis hijos y estudiantes.
Tu mayor reto logrado…
El libro que me dio el ascenso al escalafón 14.
Una asignatura pendiente…
Doctorado en educación.
Tu próxima meta…
Una escuela como la que propongo.
Tu color preferido…
Azul.
Tu plato predilecto…
Patacón con queso.
Un postre…
Húmedo. Genovesa.
Una película…
Locademia de policías.
Una canción…
El gavilán mayor – Diomedes Díaz.
Un lugar…
Villa de Leyva.