Marcas territoriales impulsan desarrollo económico y sentido de pertenencia: expertos internacionales y líderes locales comparten claves en el Foro OCDE 2025
Experiencias de México, Japón, Australia, Costa Rica y Colombia mostraron cómo las marcas territoriales fortalecen la economía, el turismo y la identidad colectiva.
Durante el Foro de Desarrollo Local de la OCDE 2025, expertos internacionales y voces locales compartieron casos de éxito sobre marcas territoriales y certificaciones de origen como herramientas para el crecimiento económico y la integración social en los territorios.
El panel, moderado por Anna Rubin, asesora internacional de la OCDE, reunió a Mercedes Dorado Bojórquez, representante del Consejo para el Desarrollo Económico de Sinaloa (México); Akihiko Yamada, representante residente de JICA Colombia; Jessica Radford, directora ejecutiva de Brand Tasmania (Australia); Jimmy Porras Barrantes, gerente de Innovación y Sostenibilidad de CoopeTarrazú (Costa Rica); y Juan Pablo Remolina Pulido, director ejecutivo de Prosantander (Colombia).
Desde México, Mercedes Dorado Bojórquez presentó el modelo de marca impulsado desde Sinaloa y destacó que su sostenibilidad solo es posible cuando existe una asociación civil que involucre a empresarios, universidades y autoridades públicas. “La continuidad no puede depender del gobierno de turno. Se necesita una mesa directiva con visión compartida que garantice la implementación en las siguientes administraciones”, afirmó. También insistió en que el éxito de estas estrategias radica en que todos los actores —especialmente el gobierno— se sienten en la misma mesa: “Cuando se intenta llevar por caminos paralelos, no funciona”.
Akihiko Yamada, desde JICA Colombia, subrayó que una marca territorial debe partir del reconocimiento de las características únicas de la región y avanzar hacia la diversificación de productos y servicios con identidad local. “Una marca fuerte asocia el territorio con productos auténticos y atractivos. Así se construye orgullo y se atraen turistas”, expresó. Explicó cómo en Japón se impulsa la llamada “sexta industria”, un modelo en el que los productores lideran todas las etapas: desde la producción primaria hasta la comercialización, agregando valor desde el territorio.
Jessica Radford, desde Tasmania, compartió cómo una región aislada del sur de Australia logró proyectarse al mundo a través de su marca regional. “El 97% de nuestra economía está compuesta por pequeños negocios. La marca no solo garantiza calidad, sino que transmite nuestra historia y nuestros valores”, destacó. Añadió que la marca no debe imponerse, sino construirse colectivamente para ser creíble y duradera.
Desde Costa Rica, Jimmy Porras Barrantes explicó cómo las cooperativas caficultoras han logrado crear marcas regionales sostenibles con impacto directo en el bienestar de las comunidades. “El desarrollo territorial debe partir del conocimiento local y del trabajo colaborativo. No se puede hablar de sostenibilidad sin identidad”, afirmó.
Por Colombia, Juan Pablo Remolina Pulido compartió la experiencia de Prosantander, donde una marca territorial articula inversión, identidad regional y desarrollo sostenible. Señaló que el marketing territorial solo funciona si está sustentado por datos, investigación rigurosa y apropiación social. Recordó el caso de Barichara y Vélez, municipios de Santander que inspiraron la película Encanto, pero que aún no capitalizan del todo su potencial: “Si los actores del territorio no se lo creen, es muy difícil proyectarlo. Hay que contar nuestras historias con orgullo”, dijo.
Durante el espacio de preguntas del público, los panelistas profundizaron sobre cómo garantizar la continuidad de las marcas más allá de los gobiernos de turno, cómo lograr apropiación real por parte de las comunidades, y cómo medir el impacto de estas estrategias. Mercedes insistió en que el rol de las asociaciones civiles es clave para que los procesos no se reinicien cada cuatro años. Juan Pablo recalcó que la comunicación debe ser emocional y conectada al orgullo local. Y Akihiko destacó que las marcas deben estar siempre vinculadas a productos con identidad, calidad y autenticidad, lo cual garantiza su sostenibilidad y posicionamiento.
Los expertos coincidieron en que una marca territorial no es un logo ni una campaña, sino una estrategia profunda que construye identidad, impulsa el desarrollo económico, y fortalece el sentido de pertenencia.