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Bailarines en batalla de flores via 40

Casas Para La Vida, Casas Para La Paz

La Casa, nuestra primera escuela

Dentro del programa Casas Distritales de Cultura, las prácticas artísticas generan cambios para mejorar las condiciones de vida de la comunidad.

Estas prácticas son para transformar una herramienta de diálogo, de participación y de construcción colectiva, contribuyendo a la formación de la ciudadanía. Es por esto que el programa ha sido gestado bajo un principio de reconstrucción de tejido social y ciudadano, que de manera transversal permea cada una de las propuestas formativas que se ofrecen a los beneficiarios.

El programa formativo no formal y no convencional de Casas Distritales de Cultura se rige por principios de solidaridad, convivencia pacífica, sentido de pertenencia, identidad   ciudadana, respeto, urbanidad, tolerancia, respeto de derechos y libertades, creatividad, innovación y civismo.

Los talleres de Casas Distritales de Cultura son escenarios o laboratorios de reconocimiento, articulación, acción e incidencia personal y comunitaria, permitiendo desde la diversidad de las expresiones artísticas y culturales, desarrollar propuestas encaminadas a la construcción de la paz en un marco de reflexión, participación y justicia social.

Este programa es una respuesta a las problemáticas sociales actuales y la necesidad de implementar estrategias para construir paz y promover la inclusión y la justicia social, así como abrir una posibilidad para desarrollar habilidades para la vida.

Uno de los grandes incentivos para continuar con esta estructura de trabajo es la disminución de los índices de violencia, maltrato, drogadicción y jóvenes en conflicto en los barrios donde existe presencia del programa Casas Distritales de Cultura, donde la concertación y el acuerdo se construye desde la cotidianidad de las personas, fortaleciendo sus manifestaciones en lo artístico, cultural, educativo y comunitario.

El modelo del programa Casas Distritales de Cultura se configura como un laboratorio para la educación popular, con un eje formativo se materializa bajo la figura de talleres.

Donde las diferentes expresiones artísticas y culturales propias del contexto de la comunidad se desarrollan y surgen como una opción para articular los diferentes intereses, iniciativas y saberes como alternativa para la formación tradicional.

La danza, la música, el teatro, la literatura, las artes y oficios en general, aparecen como provocadores siendo una herramienta expresiva para convertirse en participantes activos, en ciudadanos plenos, con posibilidades de construir sus propios proyectos de vida, comunicar sus ideales y ser promotores de cambio en sus comunidades.

En la proyección del programa Casas Distritales de Cultura para el próximo cuatrienio, surgen dos aspectos fundamentales como foco del trabajo del equipo formativo y pedagógico: la investigación y los nuevos territorios de diálogo.

Se propone fortalecer escenarios para la acción que consoliden diagnósticos de las problemáticas territoriales desde donde se pueda incidir en la comunidad e iniciar procesos pedagógicos, de reflexión, movilización y formación popular.

Las Casas Distritales de Cultura, como laboratorios para la paz, la cultura y la vida son convocatorias a la acción y la participación, donde los ciudadanos reconocen las problemáticas de sus entornos, y se convierten en gestores y actores de las soluciones, teniendo como herramienta las diversas manifestaciones del arte y la cultura, en el camino de construir formas de organización social, para transformar sus comunidades en territorios para la paz, la justicia, la legitimación del derecho y el respeto.

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