Henry Oswaldo Molina García
Es cachaco de nacimiento, pero ‘rebolero’ de crianza y corazón. Vive en Barranquilla desde sus 9 años y conoció en el barrio Rebolo el valor de la amistad y la solidaridad. Allí también aprendió el significado real de la esquina como espacio de encuentro y la esencia de ser barranquillero.
Cree que a Barranquilla le debe todo: su familia, su educación, su empleo; y afirma es una ciudad acogedora, solidaria, alegre, donde todos son bienvenidos. Pregona como el Joe Arroyo: “que lo sepa todo el mundo que en Barranquilla me quedo”.
Es hijo de un opita (Q. E. P. D.) y una bogotana. Tiene dos hermanas, una es enfermera y otra es contadora pública. Él se graduó como abogado y próximamente recibirá su título en Maestría en Administración Pública. Los 3 son el orgullo y la mayor recompensa de su madre.
Henry Oswaldo Molina García desempeña funciones en el área jurídica de la Secretaría de Gestión Social. Atiende las solicitudes de cupos de los adultos mayores, en situación de vulnerabilidad, que requieren atención en Centros de Bienestar y los Centros de Vida del Distrito. Apoya la formulación y revisión de políticas públicas, además atiende acciones de tutela.
Está a días de cumplir su primer año de vinculación a la Alcaldía y se destaca como servidor público por sus altas capacidades profesionales y de atención humanizada. Fue elegido como representante de los funcionarios ante la Comisión de Personal para el periodo 2025-2027.
Es franco y frentero, y asegura que va a honrar la confianza de quienes lo eligieron, pero también de todos los integrantes de la Alcaldía de Barranquilla. Trabajará por mantenimiento de garantías y estabilidad laboral, promoviendo el derecho preferencial de encargo; la mejora del clima organizacional, con un enfoque diferencial; la construcción colectiva del plan anualizado de formación y la resolución diligente y oportuna de las reclamaciones elevadas a la comisión.
A los problemas sin solución, no les tira mucha mente; y más bien se ocupa de los que sí la tienen. Se percibe muy estratégico y resolutivo, y nunca pondría en riesgo sus activos más preciados: su familia, su proyecto de vida y sus aspiraciones laborales.
Está casado con una samaria que lo acerca más al Caribe. Tiene dos niñas, de 8 y 2 años. Su “Plan A” es y siempre será pasar tiempo en familia. La actividad infaltable son las piyamadas, para ver películas y comer crispetas juntos.
Siempre quiso ser papá. Se disfruta su rol como padre y esposo, bendito entre las mujeres de su hogar.