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Con esfuerzo y dedicación en la Capital de Vida también es posible alcanzar nuestros sueños

 

Eran las 10 de la mañana cuando Eli, como cariñosamente le llamamos, llega a mi oficina. Su pinta, pero sobretodo su radiante sonrisa, iluminaron el lugar. Estaba acostumbrada a verla con el usual uniforme azul oscuro de Mayordomía, empresa que presta los servicios de aseo en la Alcaldía de Barranquilla. Pero ya hoy venía diferente, con pinta ejecutiva, lista para afrontar el nuevo reto de su vida.

Elizabeth Sánchez Martínez es su nombre de pila, mamá de Carlos Mario y Juan David, a quienes ha sacado adelante prácticamente sola. Cuenta Eli que de niña ella pasó mucho tiempo sola con sus hermanos, pues su madre salía a trabajar todos los días al mismo lugar donde hoy ella trabaja, la Alcaldía Distrital de Barranquilla, “Nos tocó duro”, dice estudiar y ocuparse de la casa no fue fácil, pero gracias al esfuerzo de su madre logró graduarse en el colegio. A los 18 años, recién graduada de bachillerato, Eli quedó embarazada de su primer hijo y la situación se tornó muy complicada. Ella comenzó a trabajar en una empresa de aseo haciendo vacaciones a otros empleados, su labor la ejercía en algunos colegios públicos de la ciudad con el pasar del tiempo tuvo a su segundo hijo, y el esfuerzo debía ser mayor. Junto al padre de sus hijos intentó salir adelante, pero los problemas de pareja iban en aumento y eso los llevó a la separación, quedando ella sola a cargo de sus dos hijos.

Sin arrugársele a nada Eli buscó todas las opciones, pero fue gracias a las gestiones que hizo Elisa, su mamá, que por fin empezó a trabajar fija en los colegios, con las mismas funciones de aseo y servicios varios. Pero, lo que ella ni imaginaba es que su calidez, responsabilidad y espíritu colaborador le fueran a abrir nuevos caminos: una vacante en oficios varios en el despacho del alcalde motivaron a la empresa a trasladarla al piso 9, dos años después.

Allí, en el mismo lugar donde su mamá labora desde varios años atrás, pasó a ser su compañera de trabajo. “Precisamente ella siempre ha sido mi modelo a seguir, mi mamá me enseñó a luchar con sus consejos y con el ejemplo que me daba cada día”, dice Eli, visiblemente emocionada.

Cabe anotar que Elizabeth siempre tuvo grandes aspiraciones, y a pesar de las adversidades y condiciones en las que creció, tuvo siempre la meta de surgir en la vida para ser también un ejemplo para sus hijos. Fue así como empezó a estudiar una carrera técnica en el Centro de Informática del Caribe. Su rutina cambió, se levantaba a las 4 de la mañana para dejarle todo listo a sus hijos: hacía desayuno y almuerzo y luego los alistaba para enviarlos al colegio los fines de semana estudiaba. Al cabo de dos años se graduó como Asistente Administrativo.

Llora al recordar esos momentos, y es inevitable que no se mueva mi corazón al oír su conmovedora historia… la razón de sus lágrimas es la nostalgia. Recordar todos los momentos difíciles que pasó y superó le llenan los ojos de lágrimas. Sus hijos han sido su mayor motivación y es lo que hace que hoy todo el esfuerzo valga la pena.

Su grado fue el primer paso para todo lo que vendría después. Duró 6 años trabajando en servicios varios en la Alcaldía de Barranquilla, el último año tocó muchas puertas, y se encontró con ángeles en el camino como Miguel Lozano, Jaime Pumarejo y Yesid Turbay, a quienes hoy agradece por haberla ayudado a mejorar su posición. Hace unos meses Eli recibió la noticia de que iba a entrar a trabajar como técnico en alguna de las oficinas del Distrito, algo que siempre soñó, pero que no esperaba.

Al momento de la entrevista, Eli llevaba pocos días trabajando en la Secretaría de Gestión Humana, en la sección de archivo. Hoy, con 35 años siente que su vida ha cambiado, sus hijos están muy orgullosos de ella, de lo especial que es como mamá y de sus logros.

Su mensaje es claro: debemos esforzarnos y luchar por lo que queremos, hay que soñar y trabajar, que en esta Capital de Vida todo es posible.

Nosotros también nos sentimos orgullosos de ti, Eli, nos encanta tener en nuestra planta a personas perseverantes y luchadoras como tú.

¡Gracias por compartirnos tu historia!