Ivette Solano de los Reyes
Una historia de superación
La historia de Ivette Solano más que una historia conmovedora, es una historia de superación, de esas que motivan, que te dan fuerzas para luchar y continuar, mirando la vida siempre desde la mejor perspectiva.
Ivette Solano de Los Reyes nació en Barranquilla en una familia tradicional donde creció junto a dos hermanos. Desde los 7 meses sus padres notaron una disfunción en su motricidad, a esa edad cuando los bebés empiezan a gatear, ella no lo lograba y se caía. Por la recurrencia de altas fiebres sus padres la llevaron al médico, allí les dijeron que padecía de Poliomielitis, enfermedad consecuencia de la falta de vacuna de Polio. Esta enfermedad le impidió caminar desde que tiene uso de razón, y así ha vivido su vida, de una manera diferente, pero siempre positiva.
Cuenta Ivette que al crecer, su hermano siempre le preguntaba a su mamá que ella por qué no podía jugar igual que él, incluso dejaba de jugar cuando sabía que ella no podía hacerlo, sin embargo, su vida ha transcurrido de manera normal, dice que siempre se ha valido por sí misma, y realiza todas sus actividades sola, excepto cuando tiene que subir las escaleras o ingresar a algún lugar que no habilitado para discapacitados, en esas situaciones pide ayuda a alguien de su entorno.
Su discapacidad la motivó a superarse en la vida, terminó su bachillerato y continuó con sus estudios técnicos en sistemas. Entró a trabajar en la Alcaldía de Barranquilla donde ya lleva 8 años, hoy atendiendo a los usuarios de la secretaría de Tránsito en su sede comercial. Su amabilidad hace casi imperceptible su discapacidad, apenas pude notarlo al llegar a su oficina, su disposición para esta entrevista me hizo notar su positivismo ante la vida.
Hace varios años entró a hacer parte del equipo de baloncesto en silla de ruedas del Atlántico, lo que se ha convertido en su pasión, entrena, juega y participa en torneos, de los cuales ya han sido merecedores de premios, soñando con traerse el próximo campeonato nacional. El equipo ha sido no solo una motivación sino una alegría, testigo de su amor por Jaime, su actual esposo, también con una limitación, a quien conoció como compañero de equipo para luego iniciar su historia juntos.
Generalmente las personas que padecen una discapacidad, desarrollan otras habilidades, al preguntarle cual es la suya, me dijo que definitivamente es la tranquilidad, que es una mujer paciente y eso es notorio al ver la manera como atiende a los usuarios. Su mensaje de vida es el positivismo, dice que todo va en la actitud y la fe que le pongamos a la vida, los resultados dependen de eso.
Hoy Ivette tiene la vida que soñó, hace 5 años se casó con el amor de su vida y hace 4 nació su alegría más grande: Noemí. “Ante todo yo siempre le he dado las gracias a Dios, mi limitación nunca ha sido impedimento, he superado muchas cosas, y ya como última realización para una mujer, Dios me dio el privilegio de ser madre, mi hija es lo más grande que tengo” dice Ivette.
Al terminar esta entrevista me quedó una sensación de alegría, de buena energía, sus respuestas siempre buscando el lado bueno de las cosas me dejó pensando en por qué no todos desarrollamos ese positivismo ante la vida, aun cuando estemos en dificultades, así seríamos mucho más felices e incluso más hábiles en nuestras actividades, y esa es la pregunta que les dejo hoy a ustedes: si Ivette le pone buena nota a la vida… ¿Por qué tu no? ¿Qué actitud le pones tú?