Johnnys Willy López Carreño
Lo suyo son los números, pero en una época de su vida cedió a los deseos de sus papás para probar un semestre en la facultad de Medicina, porque en su familia querían un médico. Y aunque aprendió a inyectar y tomar la presión, desistió de esa carrera y se sumergió en Administración de Empresas. Luego se especializó en Gobierno y Asuntos Públicos y, actualmente, cursa último semestre de la especialización en Derecho Laboral.
El funcionario de quien hablamos es muy querido por sus compañeros de trabajo y se llama Johnnys Willy López Carreño. Labora en la Oficina de Nómina y Prestaciones Sociales, adscrita a la Secretaría de Gestión Humana. Es nombrado en planta hace más de 5 años. Antes había estado como contratista en el Fondo de Seguridad de la Secretaría de Gobierno.
En Gestión Humana se encarga de los trámites de cesantías y el reconocimiento de prestaciones sociales. Lo que más le gusta de su área es que su ambiente laboral le da mucha felicidad, en especial cuando celebran los cumpleaños. Allí no tiene un ‘llave’ o compañero, con el cual puede apoyarse para cumplir las metas establecidas, sino que cuenta con todo un ‘llavero’, según afirma.
Su buena actitud hace la diferencia
Antes de llegar a la Alcaldía, sus calidades de profesional y especialista lo llevaron a obtener experiencia en entidades públicas y en una universidad. Aprovechó la oportunidad de generar ingresos manejando un taxi por casi 3 años, cuando experimentó una situación de desempleo, sirviendo con gusto a quienes requerían su transporte.
Cree que hay que estar preparados para aquello que aparece en el camino, porque podría suceder que después de trabajar en “altas esferas”, toque bajarse de la nube y “tocar tierra”, donde lo que hace la diferencia es la actitud. “¡Todo lo que venga de Dios, bienvenido sea, y echarle muchas ganas!”, es su consigna.
Su ingreso a la Alcaldía de Barranquilla se dio después de este episodio y considera que fue una gran bendición porque regresaba a ejercer su profesión, justo antes de ser declarada la pandemia por COVID-19.
Encontró el amor de su vida y una buena suegra
Johnnys nació en Barranquilla y aquí ha vivido toda su vida, pero sus ancestros son de La Guajira y Santander. A Yesibis Jiménez, su pareja, la conoció en las playas de Puerto Colombia, cuando él disfrutaba con su hijo Andrés Felipe, del primer matrimonio, durante sus vacaciones. Tenían amigos comunes y se enamoraron. Construyeron un hogar y les nacieron dos hijas.
Se piensa casar por lo civil y está planeando cómo será ese momento. “¡Ella es! Siempre ha estado en los momentos difíciles, animándome y parada en la raya. Dios nos ha puesto juntos y tiene un propósito con nosotros”, es lo que afirma con vehemencia acerca de la elección de su mujer. También, se ganó una suegra muy amorosa. Desde que se presentó a toda la familia de Yesibis hubo mucha empatía y afecto.
Se encarga del desayuno en su casa. Desde las 3:40 a. m. inicia las labores de preparar los alimentos y ayudar a organizar a las niñas para su colegio. Reconoce que no le queda bien el arroz.
Las mayores y más valiosas herencias de Johnnys son los consejos de su abuela, María Eva, de andar siempre por el camino correcto. De sus padres, tomó el ejemplo de capacitarse constantemente. Vive con ellos y los honra de la mejor manera que puede hacerlo.

Su fórmula para enfrentar la vida no está en los libros, sino en su actitud.
Disciplina y disfrute
Se acuesta muy temprano, es muy disciplinado y tiene claras las prioridades. Es un hombre muy hogareño. Le encanta compartir con su familia y, de vez en cuando, con sus amigos. Se desconecta cuando visita el Ecoparque Ciénaga de Mallorquín, cuando viaja por carretera, contempla los paisajes de las sabanas de Córdoba y Sucre.
De su “Quilla”, como llama a su ciudad, le encanta todo. Su experiencia de ciudad es: “Amo mi ciudad y mucho más ahora que, desde mi trabajo, estoy contribuyendo a toda esta transformación que está teniendo Barranquilla. ¡Eso me llena de orgullo!”.
Es fan del Junior. Le gustan las películas de tipo investigativo, ir a cine, al Gran Malecón, la Aleta de Tiburón, y disfrutar la transformación de Barranquilla con tantos sitios atractivos. El próximo que visitará será Puerto Mocho. Escucha vallenato (del viejo).
Siempre regresaría a Coveñas; en su menú por elegir en los restaurantes estará de primero una punta gorda o lengua en salsa; pero la changua santandereana “va que va” por lo menos una vez al mes.
A Johnnys le gusta servir a las personas, su mamá se lo inculcó repitiéndole la frase: “Hacer el bien y no mirar a quien”. Lo practica en distintos escenarios como en laboral y a través de fundaciones. Sabe que llegará un momento en que “todos necesitaremos de todos”.