María Eugenia Yunis Molinares “La gratitud por parte de quienes reciben beneficios de los programas de inclusión social, compensan ampliamente todos los esfuerzos del equipo interdisciplinario”.
Para María Eugenia Yunis la satisfacción más grande de cada día es llegar a la Secretaría Distrital de Gestión Social, donde se desempeña como asesora desde hace 10 años. “Esto es un sueño cumplido, amo lo que hago, este trabajo es mi pasión”, dice visiblemente emocionada.
Volviendo atrás en el tiempo hoy recuerda que estrenando cargo le correspondió organizar el primer pago que el Distrito hizo en el Romelio Martínez a los beneficiarios del programa Adulto Mayor. “Aquello fue impresionante, no medimos la magnitud de la actividad: eran cuatro mil cheques que debían entregarse a igual número de personas. Pero, salimos adelante, superada la prueba inicial supimos que el equipo de trabajo, en compañía de la primera dama, Katia Nule, estaba preparado para asumir los retos venideros”, comenta María Eugenia.
Y los retos han sido incontables. Junto con un equipo de más de 50 funcionarios de distintas disciplinas académicas, María Eugenia vive cada día en función de gestionar y organizar toda lo necesario para proporcionar, en el marco de la corresponsabilidad, mayores y mejores condiciones de participación, equidad e inclusión social a la población.
Licenciada en Pedagogía Infantil de la Universidad del Norte y especializada en Gobierno y Asuntos Públicos de la Universidad Simón Bolívar, su meta ahora es hacer la maestría en la misma línea temática.
Sus propósitos están encaminados a continuar vinculada al sector público, contribuyendo en la ejecución de las acciones contenidas en políticas públicas relacionadas con los derechos de los grupos poblacionales.
Dice que las expresiones de gratitud por parte de las personas que reciben los beneficios de los programas de inclusión social, compensan ampliamente todos los esfuerzos y el trabajo previo de todo el equipo interdisciplinario. “Entrar en sus hogares, conocer toda la problemática que viven, compartir momentos con ellos, y poder apoyarlos desde la institucionalidad, es algo grandioso”, anota la funcionaria.
Para ella la parte más gratificante en la atención de las necesidades de los diversos grupos poblacionales es poder percibir los cambios positivos que se dan, ver como salen adelante, presenciar mejoras sostenibles en la calidad de vida. “Eso y la sonrisa de un niño, me conmueven profundamente”, anota.
Los momentos de impotencia se presentan frente a solicitudes de algunas ayudas que no están contempladas en la normatividad.
En un rápido balance, para ella lo más importante de estos 10 años ha sido haber avanzado en todos los aspectos de su vida personal y profesional. “Estoy muy agradecida con Dios por permitirme, en compañía de la Primera Dama, ser un enlace portador de buenas noticias y de apoyo para la población en riesgo social. De esta manera, aunque aún falta mucho por lograr, se va cerrando la brecha social”, anota.
Precisamente, a sus hijas, su motor, las gemelas Alejandra y Gabriela, de 16 años de edad, les enseña con palabras y con el ejemplo, la importancia de servir con alegría a quienes más lo necesiten. “Desde la Secretaría de Gestión Social me corresponde hacerlo como un deber y una responsabilidad de carácter institucional. Pero, servir en lo personal es muy importante, produce una inmensa sensación de satisfacción”, termina diciendo María Eugenia Yunis, una funcionaria con sensibilidad social y temple, siempre comprometida con las causas justas.