Sandra Carrillo Villa
Al Distrito llegó a laborar hace casi 20 años. Su primera estación fue Transmetro y la segunda el edificio Paseo Bolívar, donde actualmente se desempeña, en la Secretaría de Comunicaciones.
Le resulta fácil aprender en el entorno donde se encuentre, así que puede mantener una conversación sobre procesos jurídicos como de comunicaciones públicas. En su escritorio siempre tiene lápices, resaltadores, memos de colores y detalles que reflejan un ambiente funcional, inspirador y bien aromatizado.
Para Sandra Carrillo Villa, el orden, la disciplina y la destreza por las manualidades le han permitido destacarse desde el colegio hasta en el trabajo. Es madrugadora, organizada y resolutiva. En Secretraría de Comunicaciones se encarga de direccionar los requerimientos que distintas dependencias hacen, y apoya la gestión contractual. Le hace feliz el equipo de personas que la rodea y el poder facilitar los procesos a los funcionarios que dependen de su gestión.
Sandra es barranquillera. Estudió Técnico en Secretariado Ejecutivo y Técnico en Ventas Calificadas. Recién graduada como Bachiller Comercial, quería estudiar Diseño de Modas pero la vida la llevó a diseñar velas.
Tiene vocación de emprendedora y vende distintos productos por catálogos. Aprendió sobre velas con su hermana y arma kits preciosos de detalles para ocasiones especiales, los cuales distribuye con mucha facilidad. Sueña con un negocio próspero, donde pueda brindar una experiencia hermosa, que toque el corazón de cada consumidor.
Es madre cabeza de hogar. Hace dos años logró independizarse, porque residía con más familiares, y ahora estableció un hogar solo con su hijo. Lo que vive con él, lo considera su mejor experiencia en la vida. Juntos están forjando su propio espacio, con las fuerzas que Dios les ha dado. Se afianza en la escritura de Jeremías 31: 16-17 que le regala mucha esperanza sobre el futuro y la promesa ya cumplida de poder compartir la vida con su hijo.
Uno de sus recuerdos favoritos de la infancia es el jardín lleno de rosas, de todos los colores, que tenía en su hogar. Allí llegaban decenas de mariposas, y con sus 8 hermanos corrían tratando de alcanzarlas, riendo y jugando sin parar. De esos hermanos heredó 20 sobrinos. Entre ellos, hay unos mellos que la enloquecen de amor, por ser de los más pequeños. Es una tía ‘regalona’ y en la oficina se le escucha decir con frecuencia “aquí compré esto para mis sobrinos”.

Sandra se caracteriza por ser una mujer con visión para el emprendimiento.
Su mayor satisfacción es crecer y formar su propia identidad. Se va construyendo a sí misma, incorporando de manera consciente actitudes y sentimientos que desea manifestar. Le gusta más dar que recibir.
Ama los lugares silenciosos y sobrios para comer y conversar; el mar, para contemplar las olas y un buen atardecer; el cine, para reír con sus sobrinos, y coordinar una visita a su mamá o un evento familiar la recargan de energía positiva.
Esa es Sandra. Sencilla y dedicada a fortalecer sus relaciones familiares, pero apuntándole a la mejor versión de su mujer interior. Agradece de día y de noche las oportunidades que la vida le presenta, y antes de dormirse se sonríe por todo lo que ha logrado… ¡y mañana va por más!