Servir también es una pasión
Contar sobre nuestros funcionarios destacados será para nosotros siempre un placer, esta vez el turno es para el género masculino, dos hombres cabeza de hogar, que además de ser padres de sus hijos, se convierten diariamente en padres de todos los usuarios que a ellos recurren, es un honor presentarles a nuestros homenajeados de hoy con esta breve historia.
Ya son 25 años los que lleva Omar Reales trabajando en la Alcaldía de Barranquilla, desde que llegó ha estado en la Oficina de Recaudo de la Secretaría de Hacienda y se ha consagrado como un funcionario muy solicitado y querido. Desde su puesto de trabajo no solo soluciona lo que por funciones le corresponde, sino que además ayuda a quien lo necesite sin importar el área ni la tarea. Quienes lo conocen de cerca aseguran que ha ayudado a usuarios en cualquier dependencia que lo soliciten. “Las personas creen que en Hacienda se resuelve todo”, dice entre risas, “pero no importa, hay que solucionarles”. Para él lo indispensable es guiar a los usuarios, explicarles, decirles cómo y dónde pueden encontrar una solución, muchas veces incluso los ha acompañado hasta la oficina donde puedan resolver su problema, o si no está en el edificio les indica direcciones y lugares “muchas veces les digo hasta qué bus tienen que coger”, dice.
Omar cree que el don de servicio viene de su madre, quien siempre ha sido una mujer servicial, amable, carismática. Él, desde su lugar de trabajo, trata de atender a quien lo necesite, va caminando por el pasillo y la gente lo reconoce, lo saluda y, por supuesto, siempre tienen alguna pregunta que hacerle. Su cuarto de siglo como servidor público le ha servido para conocer la Alcaldía y cada rincón de la ciudad, además de acumular los conocimientos indispensables sobre los diferentes procesos que hacen los usuarios en nuestra institución, razón por la cual todos lo buscan, él siempre sabe dónde, cómo y con quién se puede resolver un inconveniente, despejar una duda, y si no, alguna respuesta te da, siempre con la mejor disposición y compromiso de que todos se vayan contentos, por lo menos bien atendidos.
Este hombre, padre de familia, esposo, compañero, amigo, es una descripción fiel del concepto de servicio, basta con acompañarlo por el primer piso de la Alcaldía para darse cuenta lo mucho que lo quiere la gente, “deberías lanzarte a político” le dicen, pero el sólo se ríe y dice que lo suyo es estar aquí, contribuyendo con su Capital de Vida.
A Blas Cepeda lo conocí recién llegada a la Alcaldía un hombre dispuesto siempre a ayudar a los demás. Frente a alguna duda ¿a quién llamaba? A Blas, que siempre con una sonrisa que traspasaba el teléfono celular atendía lo que le pedía. Blas ingresó a nuestra institución hace 9 años, vinculado a la Secretaría de Obras Públicas en los pininos de “Barrios a la obra”, “una experiencia maravillosa”, dice, “ahí conocí personas que deseaban tanto tener en su barrio una callecita, en poner bonito su entorno, y era mágico cómo al cabo de unos meses todo se daba y tenían ellos lo que tanto añoraban”, dice. Esa magia la percibo también yo cuando él habla de la gente: es evidente como le brillan sus ojos al referirse a los proyectos en los que ha trabajado, siempre en contacto con los personas.
Desde hace 2 años se encuentra en la Secretaría Privada desde donde ha visto el servicio desde un punto de vista más cercano, contrario a lo que muchos piensan, cuenta Blas que la mayoría de personas se acercan no solo a plantearles problemas, sino que llegan con soluciones, y esa sonrisa de los usuarios cuando se les colabora y se le resuelven las cosas, para él lo vale todo.
Dice que su vida tiene dos partes, la primera donde conoce a todas las personas y usuarios que solicitan diariamente de su ayuda, y la segunda ese proceso de colaborarles y servirles con amor y cariño. Con una sonrisa gigante me dice que el servicio es lo mejor que existe, y que es la comunidad la que le enseña todos los días, no en vano es otro de los funcionarios apreciados por todos los que aquí trabajamos, sabemos que Blas siempre estará dispuesto a ayudar en lo que sea necesario. Sus valores son causa y efecto de su familia, su motor, su esposa y sus dos hijas son su motivación diaria y trata de que todos mantengan siempre esa cualidad servicial con los demás.
Para él lo más importante es ese sentir que pertenece a algo, que cuando eso pasa no hay dinero que valga, pues este pasa a un segundo plano y lo verdaderamente valioso es la satisfacción de lo logrado, el saber que estás haciendo las cosas bien, esto lo motiva cada día a venir a trabajar con la mejor actitud, con su usual gran sonrisa, agradeciendo por su labor, pues tiene claro que quisiera poder servir aquí hasta que Dios lo permita.
Gracias a estos dos funcionarios ejemplares de nuestra Capital de Vida, gracias, gracias por contribuir cada día al servicio de nuestra institución, por atender al que lo necesita siempre con cariño, por hacer parte de esta familia que se llama Alcaldía de Barranquilla.
Omar Reales
Blas Cepeda