Una gran experiencia bajo la luna, el sol y el sabor
Con una elevada dosis de entusiasmo y compromiso, Luis Eduardo Bogallo empieza cada nuevo día con la mejor disposición al dirigirse a su trabajo en el parque El Silencio, donde bajo sol y lluvia es el responsable de que el espacio ofrezca las mejores condiciones para que los niños con sus familias puedan compartir y disfrutar de un tiempo de esparcimiento y color.
Hace más de un año ‘Lucho’, quien a pesar de que antes no se había sentido inclinado hacia el sector público, “porque no creía en eso”, la necesidad y el gran deseo de trabajar lo llevaron a solicitar una oportunidad en la Alcaldía, a donde ingresó como guardaparque, cuidando y sosteniendo un pequeño ‘paraíso’ ubicado en el barrio donde reside.
Sus vivencias han sido enriquecedoras desde lo laboral y altamente gratificantes desde el aspecto humano, al comprobar que las cosas necesariamente no son como parecen y es que, precisamente en el sector público, al cual era apático, ha encontrado numerosas personas que laboran con mística, responsabilidad y solidaridad.
Luis Eduardo Bogallo pertenece al equipo del Foro Hídrico, desde donde se construye Capital de Vida en beneficio de la ciudadanía. Precisamente desde el 18 hasta el 21 de agosto él formó parte del grupo que representó a la Alcaldía de Barranquilla en el evento de preapertura en el centro de eventos Puerta de Oro, donde tuvo lugar ‘Sabor Barranquilla’.
Lucho expresa con visible entusiasmo que esa “fue una experiencia única, enriquecedora: inicialmente trabajando con los obreros y organizando detalles previos al gran evento, lo cual nos generó mucha expectativa. Posteriormente, integrando el comité desde donde recibimos en medio de una calle de honor, a cada uno de los visitantes. Este contacto con la gente fue maravilloso”, cuenta él.
Seguidamente relata una de las anécdotas que lo conmovieron: “una niña que venía desde el parqueadero del Batallón, bajo ese inclemente sol, quedó perpleja al ser recibida en el mismo andén de acceso con una sombrilla ante lo cual comentó que se sentía como una princesa, que eso jamás le había sucedido, a lo cual yo le respondí: ¡es que eres una princesa!”.
Lucho, pequeño de estatura, pero grande, inmenso, de corazón, proyecta una gran energía que se refleja no solo en sus palabras sino también en las labores que realiza con pasión y dedicación en el día a día. Calidades personales como las de él y de numerosos compañeros propiciaron que la gran mayoría de visitantes al Puerta de Oro, se sintieran muy bien recibidos y atendidos, como para corroborar que en esta capital amable estamos comprometidos con brindar siempre todo lo mejor.