Alimenta el cambio: recicla alimentos y reduce el desperdicio
Cuando se habla de reciclaje, generalmente pensamos en residuos sólidos; sin embargo, este concepto también se aplica a la conservación de otros recursos como el agua, la electricidad e incluso los alimentos.
A menudo, en todo el mundo se desperdician toneladas de alimentos. En 2019, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) indicó que se pierde entre la cosecha y la venta alrededor del 14 % de la comida producida.
El desperdicio de alimentos ejerce una presión adicional sobre los recursos naturales y daña el medioambiente, pues también se desperdicia el trabajo, el esfuerzo, la inversión y los recursos como el agua y las semillas que se utilizan para producirlos. Además, existen diversos hábitos cotidianos que contribuyen al desperdicio de alimentos, tales como comprar más de lo que se necesita, dejar que los productos se dañen o servir porciones más grandes de las que puedan consumir.
En definitiva, se debe realizar un cambio en los hábitos para lograr un impacto significativo en la reducción de desperdicios de alimentos y, por consiguiente, en la conservación de recursos naturales valiosos. Adoptar estrategias para reciclar y reducir el desperdicio alimenticio es una contribución vital hacia un futuro más sostenible, no solo para nosotros mismos sino para las futuras generaciones.
Ideas para reciclar y reducir el desperdicio de alimentos:
- Convertir los desechos de la cocina y el jardín en abono orgánico.
- Reutilizar los envases de los alimentos.
- Dar un uso creativo a las sobras para crear, por ejemplo, aromatizantes o desinfectantes.
- Realizar tus compras con una lista preparada previamente.
- Planificar menú semanal.
- Comprar las frutas y verduras para toda la semana.
- Congelar la fruta y la verdura que sea excedente.
- Preparar únicamente las porciones que se van a consumir.
- Guardar las sobras en un envase hermético en la nevera para recalentarlas o reciclarlas en otra receta.
- No descartar las frutas y verduras por su apariencia; conservan sus nutrientes y son ideales para hacer jugos, postres o batidos.
Ejemplos prácticos:
- Preparar crema con tallo de brócoli.
- Las cáscaras de huevo sirven para elaborar fertilizante.
Sé consciente: la seguridad alimentaria es clave para un futuro mejor.